jueves, 7 de junio de 2007

Ir al Sacamuelas

Ir al dentista..
Rutina para unos, tormento para otros... para mi, una cuestión inconsciente de masoquismo y vanidad..


Es lunes en la mañana suena el maldito teléfono un vez, suena dos veces, tres, cuatro veces y tengo que levantarme pues parece que soy el único ser viviente en mi casa, levanto la bocina y una voz familiar pregunta por mi.

-¿Señorita washwasha?
-Si soy yo, ¿que desea?
-Hablo de parte del DR fulanito-hace una pausa esperando a que yo diga algo, en vista de que no, prosigue -para confirmar su cirugía de mañana
-Mi que?-digo con voz incrédula
-Su extracción de la muela del juicio –Fuck,- pienso
-Ah si, cuando dice que es?- para mis adentros deseo que sea la semana siguiente
-Mañana a las 4 de la tarde – Fuck –pienso otra vez
-Pues si, ahí estaré- finalizo la conversación.
-Gracias, que tenga una linda mañana.

Idiota. Como quiere que tenga una linda mañana, cuando me ha despertado realimente temprano para ser vacaciones, y todavía de eso me dice que mañana tengo una cita con el cuchillo, el torniquete y ese doctor con mirada de loco. Genial

Todo el día me la paso haciéndome mensa tratando de no pensar en mañana, y las grandes consecuencias que traerá ese estúpido deseo de sonrisa colgate, ni que la gente se fijara tanto en una sonrisa, o ¿si?

Llega el tan odiado martes un día común y corriente con sol y sin viento. Un martes de dolor físico, mis amigas han pasado a verme y se quedan a comer platicamos, coterreamos un rato, Ale toma un video de nosotras haciendo nombres con plastilina, que pretende subir al youtube. Maldito sitio web, es mas visitado que blackboard en época de exámenes.. Llegan las tres y media, ellas se despiden deseándome suerte, y yo me subo al carro.. Para mi desgracia el consultorio esta a unos 45 minutos de mi casa, solo pensar en el regreso me enoja y hace que se me enchine la piel.

Por fin llego, inmediatamente me hacen pasar al consultorio color blanco impecable que te da la sensación de estar en una sala para gente esquizofrenia, de esas que salen en las películas de locos.

Me recuesto en su silla y aquí empieza todo, veo como saca mil y una herramientas plateadas, desde el espejito redondo hasta unas malditas pinzas de 50 cm de largo. Me recuerda a las caricaturas baratas de Animaniacs, donde Waco se hacia pasar por el psicólogo y operaba cerebros.. que horror, no quiero que me operen mi cerebro.

Regreso a la realidad, me pone un liquido amarillo amargo que es anestesia, y luego saca una jeringa con algo color verdoso y la aplica, no siento nada, eso es bueno, espera unos segundos y ahora saca una jeringa igual pero 3 veces mas grande.. el pánico se apodera de mi sistema.

Empiezo a sentir gorda mi cara, (mas) y a dejar de sentir mi lengua, se le paso la anestesia al doc, pero por mi mejor no sufriré .. o al menos no tanto.Y empieza hacer circo maroma y teatro para sacar mi muela, que ni siquiera esta visible, es mas ni siquiera esta completamente formada. Miedo total.

Realmente no me entero mucho de que es lo que hace en mi pequeña boca., solo se que no es nada bueno, pues por las caras que hace la asistente, dudo que sea un espectáculo digno de pasar en National Geogrpahic.

Pasan los minutos, y empiezo a sentir dolor, y me doy cuento que llevo varios algodones manchados de sangre, y es obvio corta encía, hueso y trata de sacarme mi muela, la cual es necia y no quiere dejar mi mandíbula, o donde sea que se encuentre agarrada.

Siento como me desgarran, como la manota de ese dentista con cara maniaco inestable entra en mi microscópica boca, no se como me deje hacer esto.. Y es cuando empiezo a pensar todo lo que hacemos por la vanidad. Cirugías plásticas, arreglo de nariz, reducción de mentón, agrandamiento de senos y trasero, cirugía de rodillas!! A ver eso que..!! Maldita sociedad somos tan superficiales, pero nos lo merecemos, no vemos mas allá de una persona escultural, delgada, con un fino perfil y una hermosa sonrisa e incluso con cabello de comerciales de champús inservibles.

A que grado llegamos de padecer dolores físicos tremendos solo para alcanzar un estándar de hermosura y ser aceptados.. aceptados por nosotros y luego por los demás... No entiendo porquen nunca vemos mas allá del físico en la primera vista.

Debe de ser la naturaleza, a parte es como aquello de Darwin, el mas apto es el que Sobrevive, y dejémonos de lado que lo que importa es lo de adentro.. Mentira,, a caso ustedes no se irían primero por una tipa modelo, o por un tipo surfista que por alguien aparentemente “equis” si, lo haríamos.. pero aquí cabe la inteligencia, porque se debe mirar 2 veces y valorar..

Estos y muchos mas pensamientos salen corriendo cuando el dentista victorioso sonríe, teniendo en una mano su tapabocas y en la otra unas pinzas llamadas cuerno de toro (no pregunten) con mi muela. ¡Lo logramos! Sacamos la muela.

Siento que me desmayo, veo que la sangre empieza a salir de mi boca, debido a la anestesia no la siento y no puedo cerrarla.

El doc limpia dicha sangre y saca muchos metros de hilo para cocerme.
El martirio apenas empieza,3 días de atascarme de pastillas para el dolor 4 días de cachete realmente hinchado y una semana entera a de no poder abrir bien la boca. Que patético, todo para sonreír hermosamente, como diría mi madre.

¿Volvería hacer esto, solo por la belleza? No, la neta no. Si alguien se enamora de mi, que no sea por mi físico, si no por lo que llevo dentro, y por lo tanto yo debo de hacer lo mismo. Al diablo la apariencia, con tal de que nos bañemos, todo esta bien.

Llego a mi casa, me recuesto con 4 pastillas a dentro de mi cuerpo, y empiezo a maldecir, al menos cuando muera, mi dentadura estará perfecta.

viernes, 1 de junio de 2007

Sindrome de Estocolmo


Un día más, hoy es un día más. Un día más de dolor, de tristeza y de incertidumbre. Un día mas sin sonrisas escondidas, un día mas sin ganas de vivir y sobre todo un día más sin él.. Sin tu protector. Cada mañana es igual, momentos de felicidad te vienen a la mente seguidos de la dolorosa realidad. La realidad de saber que la persona que amas, es una persona calculadora, caprichosa, egocéntrica, arrogante, interesante y tan perfecta que te cuesta trabajo asimilar que todo lo que ha pasado frente a tus ojos, realmente ha pasado. ¿Cómo fue que nunca te diste cuenta de lo que él era?

Te levantas de tu cama, una cama demasiado grande para ti sola. Caminas hacia el baño y abres la llave del agua caliente que lentamente empieza a gotear hasta convertirse en un torrente de ardor, esperas a que el baño este lleno de vapor y envuelva tu desnudez el agua condensada. Dejas que cada gota de agua limpie tu cuerpo, un cuerpo lleno de pecas y cicatrices que llevas debajo de la piel. Oyes el correr del agua hacia la coladera, suena un eco, es como aquellas películas de terror de los años 50, donde todo sucede en un hotel barato. El momento parece tan irreal, tan sacado de un sueño, de esas veces que no sabes si estas despierta o dormida, como cuando no comes la suficiente azúcar en el día y empiezas hacer preguntas existencialistas.

Sabes que lo único que te da fuerzas, es esa extraña conexión que sientes con él, que hace que tus entrañas se retuerzan y que las ganas del vómito se avecinen. Es esa especial conexión que crees tener con él la que te da esperanzas y que lógicamente te mantiene cuerda… De repente, alguno de tus pensamientos te ataca, y te paras en seco, dejas que la espuma del jabón se valla por la coladera, y en tu mirada vacía y perdida te das cuenta (como todas las mañanas) que tu pudiste haber sido una de sus víctimas, y otra vez (como todas las mañanas) el alma se te parte en pedacitos, y te surgen rasgos de miedo y de sulfuramiento.

Dejas todo de lado, te alistas y bajas a desayunar, Te encuentras con un viejo amigo, el cual también ha sido afectado por el tiempo. El dice que está bien, que son simples mariconadas, pero tú perfectamente sabes que miente, que en lo profundo de su ser, él está confundido, desalentado y como todo buen hombre, lleno de coraje. Él es un amigo que ya no es el mismo, aunque en realidad, ¿quién sí lo es, después de que todo lo que sabes está mal, y todo lo que tienes se ha ido? … Su cabello negro es ya tan largo que le tapa los ojos; dándole un aire de inmutabilidad. Él es otro que camina con la cabeza gacha y las manos metidas en las bolsas de su pantalón, intentando no pensar.

Un saludo y una breve conversación acerca del clima es lo que transcurre en el desayuno... Están a principios de Otoño, afuera se ven las hojas de los árboles en el suelo, el sol sale pero de vez en cuando es tapado por nubarrones. Hace viento, un poco de frió y como si no fuera suficiente, la casa está muy solitaria, ya no es la misma.

El día transcurrió normal. Cada miembro de la casa se pierde en su propia esfera sin percatarse de la existencia de otros mundos. Solo se percatan que todos esperan alguna respuesta de lo sucedido, alguna noticia, pero nada llega.
.
Las piezas del rompecabezas poco a poco se unen. Entienden como fue que terminaron viviendo todos ustedes juntos, como fue que los conocieron, como fue que se enamoraron de ellos, y como fue que los abandonaron.

Y tú, como el resto, siempre estas metida en tu mundo, siempre con la esperanza de saber algo de ellos, lo que fuera, una nota, una visita, pero no... la noche llega una vez más, y eres presa de tus recuerdos, maldito tiempo, esa frase que alude a que el tiempo pasa en vano, es una total falacia, en casos como tuyo de nada sirve esperar. El tiempo solo te acrecienta el dolor y el tedio. El tiempo es culpable de tus recuerdos: Haces una mueca y recurres a todas las memorias que se te impregnaron en la piel, como aquella noche en la azotea de esta casa, estaban tú y él.

-De que te ríes?- le preguntaste con tono de fastidio, a lo qué el solo se remitió a negar con la cabeza -Entonces déjame seguir leyendo- demandaste mal humorada mientras que él con su estúpido aire de superioridad te recordó lo graciosa que se tornan tus facciones cuando lees algo que no entiendes. Él se levantó de la banca donde estaba sentado junto a ti y empezó a caminar. –Como si tu lo supieras todo,- lo fulminaste con la mirada- Todo y más pequeña, lo se todo y más.- Seseó y siguió caminando.

Cuanta razón tenia el al a saber todo y más… al saber que cada día el odio que tenias hacia él, se transformaba en algo parecido al aprecio y que ese aprecio semejaba a la amistad y que eso terminaría en lo inevitable… en Amor.
Cuanta razón tenia, al saber todo lo que tú pensabas, todo lo que tú hacías. Tenía las respuestas a todas tus preguntas.
Él era tu vida, era tu amor, era el que te secuestró.