jueves, 6 de noviembre de 2008

El principio es, el final, es el principio.

Me desespero y llego al mismo lugar donde empecé.
Me da náusea y mi cabeza retumba
El eco del silencio me taladra y la mediocridad me acaba.
Por más esfuerzo nada fluye, nada sale.
Y así me decido comenzar.
Toco cada fibra de mi interior y busco aquella alteración que me haga digna de lo que soy
Pero entre más trato, más divago y más me hundo. Salgo y de nuevo estoy en el centro donde todo empieza
Intento seguir un camino y me doy cuenta que es el mismo camino viejo que siempre me lleva a ese irritante inicio.
Vuelvo a recomenzar e intento hacer del todo un nuevo, y del nuevo algo mío, pero me sofoco, me sucumbo y llego al final del círculo.
Llego a ningún lado y a la vez al punto de todo.
Doy vueltas y revueltas, redundo, rebuzno y aun así el resultado es el mismo.
La excitación de las ideas novatas venideras del Cosmos ya no me llenan.
Me sulfuro, me encajo y descubro que siempre he estado ahí, en donde nada empieza pero tampoco acaba.
En lo eterno y donde todos o ningún camino que escoja me llevan de nuevo aquí.
Pero así como todo es eterno, todo tiene una razón y todo está hecho para algo.
Y este espiral infinito tiene el fin de frustrar y confundir a todo aquél que se atreva a pensar.
Y así me desespero y llego al mismo lugar donde empecé
.

No hay comentarios: